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En qué han gastado menos dinero los españoles en 2020 hasta el punto de caer el consumo del hogar más de un 10%

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En qué han gastado menos dinero los españoles en 2020 hasta el punto de caer el consumo del hogar más de un 10%

La pandemia ha cambiado el mundo tal y como lo conocíamos hasta hace algo más de un año. De repente, nuestros hábitos, costumbres y rutina se frenaron de la noche a la mañana para frenar así la expansión del virus, el cual a día de hoy sigue expandiéndose a pesar de la llegada de las vacunas.

Si bien 2021 está resultado diferente a 2020 porque ya vamos recuperando la tan ansiada normalidad. Pero echando la vista al pasado año, en el que estuvimos más tiempo en casa que fuera, se observa una paradoja: a pesar de haber estado más que nunca en casa, hemos gastado mucho menos.

Así se desprende de la Encuesta de Presupuestos Familiares publicada por el Instituto Nacional de Estadística (INE), del pasado año, en la que se refleja una caída del gasto doméstico de más del 10%, quedando en una media de cerca de 27.000 euros por hogar.

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El hecho de que se nos cortara la vida de golpe incidió en el gasto, sobre todo teniendo en cuenta que muchas personas se quedaron sin empleo de un día para otro. Así, tocó abrocharse el cinturón más que nunca y reducir los gastos, que en muchos aspectos fue muy fácil. Pero, ¿exactamente en qué nos ahorramos más dinero?

En lo que más ahorramos en 2020

¿Cuáles fueron las categorías de gasto en las que los españoles ahorramos más en 2020? Pues según los datos del INE, en lo que menos gastamos fue en educación, con un desembolso medio por hogar de 437 euros. Teniendo en cuenta que los niños dejaron de ir a clase en marzo y pasaron a 'tele-estudiar' (algo que estuvo muy entredicho), la necesidad de material y demás gastos escolares se redujo al máximo.

Y se trata de una partida de gasto que no es baladí, pues las familias con varios hijos hacen un importante desembolso en educación cada año en libros, material, actividades y clases extraescolares, ropa, etc.

Poco más destinamos el pasado año a bebidas alcohólicas, según este informe. En total,unos 510 euros por familia. El hecho de que no pudiéramos salir de casa redujo mucho el gasto en alternar, pues las quedadas para tomar algo por videollamada no dieron para tanto y ese gasto no se suplió de esta forma.

Además, aunque aumentó la compra de cervezas o vino en los supermercado, hablamos de bebidas de baja graduación, con lo cual el gasto es mucho menor. Al final, en España el consumo es muy social, y si la interacción se corta de raíz, el consumo cae.

En comunicaciones gastamos 939 euros y en sanidad,1000 euros. Esta serían las otras dos categorías de gasto más bajas, junto con artículos ropa y calzado (otros 1.000 euros) y muebles para el hogar, con unos 1.170 euros por cada hogar.

Por lo tanto, vemos que todo el gasto que recortamos fue el más relacionado con las actividades fuera de casa, las que no pudimos hacer el año pasado. Habrá que ver si este atípico también 2021 recuperamos esas costumbres o el ahorro instaurado durante el confinamiento (por obligación) ha llegado realmente a calar en la sociedad.


Todo lo que deben tener una vivienda y el momento de mercado inmobiliario para que sea una buena inversión

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Todo lo que deben tener una vivienda y el momento de mercado inmobiliario para que sea una buena inversión

España es un país apegado a la vivienda, con un porcentaje de población con vivienda en propiedad del 75,1%. La vinculación al ladrillo es histórico, contribuyendo a considerarse como la principal inversión pero ¿acertamos?

En primer lugar, se trata de una inversión que carece de liquidez y pueden pasar semanas o incluso meses para poder materializar la decisión de comprar o vender. Si fuéramos propietarios de acciones, no hay grandes complicaciones en vender las necesitáramos dinero como pueden el caso de la inversión inmobiliaria la falta de liquidez podría terminar vendiendo por debajo del mercado o, incluso, con pérdidas sean necesitamos deshacernos de esta propiedad rápidamente.

A ello se le unen los gastos de compraventa. Si es vivienda de primera mano tenemos el IVA, notaría y los costes asociados al solicitar una hipoteca. Para la vivienda de segunda mano, nos enfrentamos al Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales, el Impuesto sobre Bienes Inmuebles (IBI), el impuesto de plusvalía municipal (aunque se carga a la parte vendedora se tiende a repercutir en el precio) y el coste registral por la inscripción de la compraventa.

El apalancamiento genera un efecto multiplicador de beneficios pero también de pérdidas. La inversión en la compra de una vivienda nos lleva a un compromiso a largo plazo, de pagar una cuota hipotecaria que generará intereses tanto si genera flujos en especie (renta en especie por vivir) o una renta de alquiler.

Podas veces se menciona el riesgo por la localización. Un entorno que se va degradando, un gobierno que ejerce una política (fiscal y legislativa) contraria a los intereses de los propietarios. En última instancia, estamos impulsariamos una inversión que no solo atacaría al patrimonio del propietario, sino que lo haga incluso cuando se está perdiendo su trabajo, fuente de los ingresos personales.

Por todo lo anterior, ¿qué debe tener una vivienda para invertir? ¿Y cuál debería ser el momento? Seguidamente mostraremos unas pautas orientativas para tratar de filtrar las mejores opciones de vivienda para invertir.

1) Relación entre nuestros ingresos y el pago de la hipoteca

Independientemente si la hipoteca la realizamos a tipo fijo o bien a tipo variable vinculado al euribor, es desaconsejable que supere el 36% de nuestros ingresos personales. Hacemos que estaremos sujetos a apalancamiento financiero durante un largo periodo de tiempo y debemos reducir al máximo posible nuestros ríos dos personal en un compromiso tan a largo plazo.

2) Entender el precio de la vivienda para comprar

Siempre que busquemos una vivienda adecuada, debemos de focalizarnos en su precio que se moverá según el momento del mercado inmobiliario y acabará determinando si estamos realizando una buena compra o lo contrario.

La manera que tenemos de valorarlo es mediante la ratio precio/alquiler. Es decir, compararemos el precio de la vivienda más las potenciales reformas frente al alquiler medio de la zona descontando los costes vinculados. Cuanto más baja sea esa relación, mayor descuento tendrá esa vivienda frente a similares del entorno.

3) Analizar los flujos de caja

Si la vivienda no la deseamos para que nos ofrezca una renta en especie y vivir en ella sino para alquilar, es imprescindible el análisis del flujo de caja... lo que entra frente a lo que sale. En ese punto debemos de tener en cuenta si se puede cubrir el capital de la hipoteca , los intereses, los impuestos y el seguro con el alquiler mensual.

4) La rentabilidad del capital

Dado que se trata de un activo que carece de liquidez y que compromete nuestro capitán lo largo plazo debemos ser muy exigente es en la rentabilidad que queremos obtener. Nos fijaremos en el ROI (Return Of Investment) que mide cuánto dinero o beneficio se obtiene de una inversión como porcentaje de su coste.

Supongamos que adquirimos una vivienda por 120.000 euros, pero hemos adelantado 30.000 euros (el resto nos apalancamos) y otros 20.000 euros en rehabilitación. Nos gastamos en la vivienda 50.000 euros pero su valor de tasación es de 170.000 euros. Nuestra posición patrimonial es 120.000 euros (tasación menos costes), por lo que nuestro ROI sería de 70,8% (120.000/170.000). En este caso, cuanto mayor sea el apalancamiento, mayor impacto en el aumento del ROI.

Cada vez circulan menos billetes de 500 euros pero no tiene que ver con que haya menos economía sumergida

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Cada vez circulan menos billetes de 500 euros pero no tiene que ver con que haya menos economía sumergida

¿Dónde están los billetes de 500 euros? A día de hoy, 20 años después de la implantación del euro en España, mucha gente sigue pensando que realmente estos billetes no existen, pues nunca han visto uno.

Y es de lo más común no verlos. Primero, porque es un billete que no te permite hacer mucho con él (a ver qué comercio tiene cambio de esa magnitud), segundo, porque por desgracia la mayoría de la gente no tiene tanto dinero (y menos en efectivo), y tercero, porque apenas hay en circulación.

Según los últimos datos del Banco de España, solo hay 13,9 millones en nuestro país, cerca del mínimo histórico de 12,7 millones que había cuando la moneda entró en vigor en 2002. Esto supone un importe de 6.950 millones de euros, casi un 20% menos que hace un año.

Puede que piensen que esta cantidad es mucho, pero hay que tener en cuenta que de 50 hay 74.150 millones de euros circulando.

Pero, ¿es esto una buena señal? ¿Quiere decir que hay menos economía sumergida? No, simplemente, que ya no se fabrican.

Menos billetes pero el fraude sigue igual

En 2019 se paró la impresión de billetes de 500 euros en toda Europa. El principal motivo: frenar la economía sumergida.

Precisamente, estos billetes han sido (y siguen siendo) el principal vehículo de las operaciones que se hacen en negro, ya que permiten pagar grandes cantidades de dinero con pocos billetes. Vaya, que se disimula y se guarda mejor.

Por eso, el BCE, consciente de que había sido un error crear estos billete, ordenó que se parara su impresión hace unos años. Aunque no su empleo y circulación. Pero vamos, que eso no ha tenido mucho efecto en España en términos de economía sumergida.

Según los Técnicos de Hacienda (Gestha), en España hay un negocio sumergido del valor del 25% del PIB, es decir, que las arcas públicas dejan de ingresar 270.000 millones por el fraude fiscal y el dinero negro.

Y es un problema endémico, lleva así décadas y es muy difícil erradicarlo, aunque la pandemia ayudó al ligar las ayudas y prestaciones al trabajo declarado.

Por lo tanto, que haya menos billetes de 500 euros no soluciona nada ni dificulta que haya operaciones en negro, y menos ahora cuando el mercado inmobiliario está en niveles de burbuja de nuevo.

¿Es el mejor momento para comprarse un coche eléctrico? Los números de un experto en finanzas

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¿Es el mejor momento para comprarse un coche eléctrico? Los números de un experto en finanzas

Comprarse un coche es de por sí una de las aventuras más importantes que pueda vivir un conductor, pues debe enfrentarse a la elección y adquisición del bien de consumo duradero que supondrá movilizar una elevada cantidad de recursos, y que éste sufrirá una depreciación progresiva y, al mismo tiempo, deberá soportar un alto coste si decide financiarlo con un TAE entre el 7 y el 8 por ciento.

Si los problemas parecen pocos, se suma uno de gran trascendencia: el sector del automóvil vive un cambio estructural hacia el vehículo eléctrico. Esa realidad nos lleva a diferentes alternativas a valorar: el vehículo de combustión interna, el vehículo eléctrico y dos opciones intermedias: los híbridos estándar y los híbridos enchufables (PHEV).

Los híbridos estándar utilizan el frenado regenerativo y el motor de combustión interna para cargar un paquete de baterías y proporcionar energía eléctrica adicional. No se pueden cargar en una estación de carga de automóviles eléctricos, a diferencia de los PHEV. Esto hace que los PHEV sean más similares a los vehículos totalmente eléctricos. Los PHEV generalmente tienen baterías eléctricas más grandes que los híbridos estándar, con la capacidad de conducir solo con energía eléctrica.

Todo parece indicar que nos dirigimos hacia el coche eléctrico. Por lo tanto, estamos adoptando una tecnología que va madurando. Y es que, según BloombergNEF, el coste decreciente de producir baterías para vehículos eléctricos, combinado con líneas de producción dedicadas en las plantas de los fabricantes de automóviles, hará que su compra sea más barata, en promedio, dentro de los próximos seis años que los automóviles convencionales, incluso antes de cualquier subvención del gobierno.

El problema existente es que estamos en 2022 y nos encontramos en medio de una transición y nos enfrentamos a diversas variables a tener en cuenta para tratar de acertar en la compra de un coche.

El sobrecoste inicial de la opción eléctrica y las subvenciones

Debido a la diferencia tecnológica entre el vehículo de motor de combustión y el vehículo eléctrico, nos podemos encontrar que la versión eléctrica del modelo tenga un sobrecoste entre 5.000 y 10.000 euros, aunque a veces se encuentra por encima de esta cifra.

Esto se debe al coste de las baterías que sigue siendo caro pero decreciente en el tiempo. Según Transport & Environment, una organización sin fines de lucro con sede en Bruselas, los precios de las baterías nuevas caerán un 58% entre 2020 y 2030 a 58 dólares por kilovatio hora.

Una reducción en los costes de la batería a menos de 100 dólares por kWh se considera un paso importante hacia una mayor adopción de vehículos totalmente eléctricos y eliminaría en gran medida el atractivo financiero de los vehículos eléctricos híbridos, que combinan una batería con un motor convencional que hoy ostentan el mejor posicionamiento de cara al consumidor.

Aquí entran en juego las subvenciones, y el Gobierno ofrece ayudas económicas del Plan Moves III que varían en función del tipo de vehículo escogido. Factores como la autonomía y si el coche reemplazado acaba o no en el desguace van a influir decididamente en los importes de la subvención.

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Si nos centramos en el vehículo 100% eléctrico (BEV) tenemos 4.500 euros de subvención si no entregas coche anterior. Por el contrario, si se entrega el coche sustituido para el desguace llega hasta los 7.000 euros. Estos importes se aplican a turismos que te ofrecen al menos 90km de autonomía eléctrica. Su precio máximo ha de ser de 45.000 euros y, en caso de tener 8 plazas, de 53.000 euros.

En el híbrido enchufable (PHEV) también tenemos ayudas. Si no se entrega el coche, la subvención es de 2.500 euros. Y si se entrega, llegamos a 5.000 euros de subvención. En este caso, tenemos un precio máximo de 45.000 euros y una autonomía en modo eléctrico de entre 30 y 90km.

Como vemos, una de las claves a tener en cuenta es si nuestro vehículo presenta un valor de mercado superior o no a los 2.500 euros.

A mismo tiempo, solo existe una diferencia de 2.000 euros entre la opción híbrida y eléctrica, lo que hace que la opción híbrida presente mayor atractivo a día de hoy.

Eso sí, dependerá de nuestras necesidades como consumidor. Y es que el vehículo híbridos están orientados para aquellos conductores que efectúen un trayecto diario corto porque es posible que pueda funcionar con electricidad durante la mayor parte de su tiempo de conducción.

Los costes tras la compra

A día de hoy y con los precios presentes, las estimaciones son que recargar un coche eléctrico/híbrido por cada 100 km es un 40% más barato que un vehículo de gasoil o gasolina.

Aquí se integran muchas variables que harán que el diferencial se incremente o se estreche. La más importante es si estamos recargando en hora punta (10:00h-14:00h y 18.00h-22:00h) u hora valle (de las 00:00h a las 08:00h) o a qué electrolinera o gasolinera acudimos.

En términos generales podríamos ahorrarnos unos 600 euros al año, si nos orientamos a una conducción eléctrica. Dependiendo de la elección del vehículo y el sobreprecio de su versión eléctrica, se tardará más o menos años en amortizar la segunda opción.

Como cálculo orientativo, si tras subvenciones, el diferencial de precio es de 2.500 euros, la amortización se efectuaría en 4 años y si llega a 5.000 euros, tardaríamos algo más de 8 años.

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Además de pagar el combustible, existen otros costes asociados con la posesión de un vehículo. Los costes de mantenimiento, en particular, son una importante fuente de dinero para cualquier propietario de automóvil. 

Los reemplazos de aceite de motor, líquido de transmisión, refrigerante y correa pueden acumularse durante la vida útil de un híbrido, aunque a un ritmo menor que los vehiculos de gasolina/gasoil que dependen exclusivamente de su motor de combustión.

Los vehículos eléctricos evitan los costes asociados con los motores de combustión. Sin embargo, todavía tienen gastos de mantenimiento en forma de problemas de automóviles universales como cambios de neumáticos, planes de seguros y daños estructurales. 

Tanto los vehículos totalmente eléctricos como los híbridos corren el riesgo de degradación de la batería. Si todavía está dentro del período de garantía de la batería de su automóvil  y su batería se degrada más allá del punto garantizado, no tendrá que preocuparse por pagar una batería de reemplazo. 

Sin embargo, si ya pasó la garantía, reemplazar la batería eléctrica compleja podría terminar costando una cantidad significativa de dinero. La mayoría de los propietarios de vehiculos eléctricos o híbridos no necesitarán preocuparse por pagar para reemplazar la batería de su automóvil, pero es un riesgo a tener en cuenta.

Así han subido los precios las suscripciones digitales en los últimos años

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Así han subido los precios las suscripciones digitales en los últimos años

Las suscripciones forman parte de nuestra vida desde que hace unos años empezaran a salir al mercado una serie de servicios online que nos hacen la vida más fácil y entretenida. La eclosión tecnológica ha hecho que surjan unas "necesidades" que muchas empresas nos dan a cambio de un precio.

Y ese precio, como todo, va subiendo. Poco a poco, euro a euro, céntimo a céntimo, pero las suscripciones que al principio nos parecían tan baratitas y asequibles ahora ya nos van picando más en el bolsillo en un entorno de inflación disparada (casi un 11%. en julio, casi nada).

La última en subir y que ha copado numerosas noticias es la de Amazon Prime, el servicio premium de la compañía que por un precio anual o mensual, según se elija, envía todos sus productos sin coste añadido al cliente. La firma ha enviado a sus clientes un correo avisándoles que a partir de septiembre la suscripción anual pasará a costar 49,90 euros desde los 36 actuales y la mensual, de 3,99 euros a 4,99.

Una decisión que ha indignado a muchos y que les hace replantearse si seguir con esta suscripción y anularla, ya que se trata de una subida notable que quizá no les merezca la pena.

Sea como sea, no es la única que ha subido y avisamos: esto seguramente va a ir a más.

Pagamos más por todo

Como decíamos, euro a euro, hemos pasado a pagar más por todas estas plataformas que nos proporcionan entretenimiento o servicios. De las más famosas, Netflix, también nos ha subido precios de forma sibilina en los últimos años.

El servicio básico se ha mantenido inamovible en 7,99 euros desde su llegadA a España, pero el estándar (para dos dispositivos) ha pasado de 9,99 euros en 2015 a 12,99 euros actualmente. Por su parte, el premium costaba 11,99 euros y ahora 17,99 euros. Y esperen, porque en breve puede venir otra subida pues en enero pasado subió precios en Norteamérica.

Disney+ también cuesta dos euros más que cuando llegó a España hace unos años, de 6,99 euros a 8,99 euros, precio único en toda Europa. Por su parte HBO Max se mantiene en 8,99 euros al mes y 69,99 euros al año. Y parece, solo parece, que no va a tocarlo.

Por su parte, Spotify, la plataforma de música online más grande del mundo, ya hizo de las suyas el año pasado, con un incremento de precios mundial, pero que curiosamente no afectó a España. Así, los precios de Spoti están en 9,99 euros el plan individual; 12,99 euros el dúo y 15,99 euros el familiar. La compañía no ha dicho nada de que vaya a subir precios, pero visto lo visto no sería de extrañar, sobre todo porque no hizo efectiva aquí su subida de hace un año.

Así está el panorama y seguro que en los próximos meses tenemos más cambios, porque todo absolutamente todo está subiendo o va a subir. Ahora hay que definir prioridades, ¿Amazon Prime lo es?

Así se ha desvanecido la ventaja del coche eléctrico con la subida de la electricidad

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Así se ha desvanecido la ventaja del coche eléctrico con la subida de la electricidad

El coche eléctrico ha estado incrementando la tasa de ventas año tras año. Y es que uno de los atractivos que estaba teniendo para los compradores son los costes asociados al vehículo tras formalizar la compra.

Si bien la autonomía de un coche eléctrico con carga completa suele ser menor que la de un coche de combustión con carga completa, la mejor manera de comparar el coste de repostar un automóvil de combustión con el coste de cargar completamente un automóvil eléctrico es comparar el coste de conducir la misma distancia. En este caso, usamos 100 kilómetros como base de medición.

Y en este punto, hay novedades: El coche eléctrico ha perdido la ventaja de coste por km recorrido. En Europa, el coste por 100km de un BMW serie 4 es de 12 euros, mientras que el coste para el vehículo Tesla Model 3 es de 16 euros, un 33% más caro. Esta medición se realiza agregando los precios de Francia y Alemania.

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Si nos desplazamos a principios de año, las diferencias no eran tales y el coche eléctrico gozaba un gran atractivo en su carga. Llegamos a ver un diferencial de precios notorio, cuando el precio de 100 km para el Tesla era de 2 euros frente a los 10 euros del BMW Serie 4.

Para ponernos en contexto, Europa está al borde de una crisis energética, ya que los suministros limitados de energía hidroeléctrica y gas natural de Rusia elevan los precios del combustible para las centrales eléctricas del continente.

Se espera que los suministros continúen cayendo desde el 31 de agosto, cuando PJSC Gazprom de Rusia planea cerrar el oleoducto Nord Stream a Alemania durante tres días de mantenimiento, lo que genera preocupaciones de que los suministros no se reanuden. Por esa razón, Europa está preparando una batería de medidas para ahorrar gas.

Y dado que una quinta parte de la electricidad europea es generada por centrales eléctricas de gas, inevitablemente las caídas en el suministro nos llevan a precios más altos de la electricidad.

Los precios europeos del gas alcanzaron el viernes 341 euros por MWh, cerca del máximo histórico de 345 euros que alcanzaron en marzo.

Como consecuencia, el contrato anual de electricidad en Alemania alcanzó los 995 euros (995 dólares) por megavatio hora, mientras que el equivalente francés superó los 1.100 euros, un aumento de más de diez veces en ambos países respecto del año pasado. En el Reino Unido, el regulador de energía Ofgem dijo que aumentaría el tope del precio de la electricidad y el gas casi al doble desde el 1 de octubre a un promedio de £3549 por año.

No obstante, en Europa hay diferencias notables en el coste de la electricidad que debemos tener en cuenta. Y es que el precio de la electricidad de España frente al coste de la energía alemana en el mercado en agosto es la mitad, ya que se benefició de un tope en los precios del gas natural, según la asociación de grandes usuarios de energía de España.

El precio medio de la electricidad en el mercado mayorista de España en agosto fue de 154,89 euros por megavatio hora, sin incluir un coste relacionado con el tope, dijo el grupo AEGE. Eso fue un 67% menos que en el mercado alemán y un 69% menos que en el mercado francés.

Endeudarse para comprar un coche nuevo no suele ser la mejor decisión

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Endeudarse para comprar un coche nuevo no suele ser la mejor decisión

Comprar un coche tiende a ser una de las decisiones financieras que implican una mayor movilización de recursos, por lo que equivocarse en su planteamiento puede llevarnos a elevadas pérdidas. De hecho, es el segundo gasto más grande después de la vivienda.

Un automóvil es un bien de consumo duradero que en el momento de salir del concesionario pierde alrededor 10% de su valor inicial. Además, los automóviles nuevos continúan perdiendo alrededor del 10% al 15% de su valor por cada año a partir de entonces -los coches de ala gama mantiene tasas de depreciación más bajas en la curva- lo que hace que el coste de depreciación sea el principal contribuyente al coste total de propiedad del automóvil.

Si un bien de consumo duradero que en el transcurso del primer año lo financiamos con crédito al consumo, que es el más caro de los existentes, pues podemos encontrarlo al 6-8%, estamos financiando pérdidas a un alto coste. Sobre el monto inicial se nos han evaporado más de un 25% de los recursos en el primer año. Por supuesto, no incluimos, impuesto de circulación, seguros o mantenimiento.

Si nos ceñimos exclusivamente a la depreciación del vehículo, después de esa fuerte caída del primer año, ese coche nuevo se depreciará entre un 15% y un 25% cada año hasta que alcance la marca de los cinco años. Entonces, después de cinco años, ese auto nuevo perderá alrededor del 60% de su valor.

Por lo que la depreciación de un coche de 25.000 euros (compra de vehículo promedio español) quedaría de la siguiente manera:

  • Salir del concesionario: 22.500 euros.
  • Primer año: 20.000 euros.
  • Segundo año: 17.000 euros.
  • Tercer año: 14.450 euros.
  • Cuarto año: 12.325 euros.
  • Quinto año: 10.425 euros.

En los cinco años nos queda el 46,33% del valor del vehículo, por lo que hemos consumido más de la mitad fruto de la depreciación, un 54%.

En el quinto año, se tiende a finalizar el préstamo incurrido para la compra de un vehículo nuevo. Supongamos que hemos dado una entrada del 25% de la compra (6.250 euros) y hemos financiado a un TAE del 7,2% los 18.750 euros restantes. Los resultados tras los 60 meses son un importe total de 22.276,35 euros y los intereses totales abonados por la operación son 3.526,35 euros.

Esto supone que en ese periodo de cinco años, se han consumido 12.075 euros por la depreciación y 3.526,35 euros de la financiación (con una entrada del 25%), es decir, 15.601,35 euros, lo que supone un 62% menos sobre los 25.000 euros que teníamos cinco años atrás.

Como vemos, el primer año es el más delicado en términos de depreciación, por lo que una de esas alternativas sería tratar de comprar un vehículo tras un año de su matriculación y, de ese modo, esquivamos una depreciación del 20% (5.000 euros en el ejemplo). A partir de ahí, puede tener sentido endeudarse, sí y solo sí, la primera finalidad de ese apalancamiento es la inversión para la generación de rentas que finalmente paguen las cuotas del vehículo adquirido.

Con todo ello, conseguimos que a lo largo de los años paguemos la deuda vinculada a una inversión y no a un gasto, el monto invertido no quede depreciado por la adquisición del vehículo y consigamos un vehículo en notables condiciones que periódicamente iremos renovando.

Así va la deuda de la Eurozona con el BCE subiendo tipos de interés

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Así va la deuda de la Eurozona con el BCE subiendo tipos de interés

La inflación no se detiene en la Eurozona, se espera que la inflación anual del conjunto sea del 10,7% en octubre de 2022, frente al 9,9% de septiembre, según una estimación de Eurostat. El BCE ya ha subido los tipos de interés 75 puntos básicos hasta dejarlos en el 2% y, con esta tensión en los precios, no parece que esta senda vaya a detenerse.

Los tipos de interés llevan a tener que pagar más cuando llegan más en el momento de refinanciar los vencimientos de deuda, pero si la inflación es lo suficientemente alta la deuda se va devaluando. De ahí, que sea de gran interés cuáles son los niveles de deuda tanto del conjunto como de los países miembros.

Y el primer dato que debemos conocer es que la deuda pública de la Eurozona superó los 12 billones de euros, una relación con el PIB del 94,2%. Se trata de un dato relativo al PIB que lleva reduciéndose desde el 99,6% sobre PIB visto en el primer trimestre de 2021.

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Los países que asumen mayores niveles de deuda tanto a nivel absoluto como relativo son los siguientes:

  • Francia: 2,92 billones de euros; 113,1% deuda s/PIB.
  • Italia: 2,76 billones de euros; 150,2% deuda s/PIB.
  • Alemania: 2,51 billones de euros; 67,2% deuda s/PIB.
  • España: 1,47 billones de euros; 116,1% deuda s/PIB.
  • Bélgica: 0,57 billones de euros; 108,3% deuda s/PIB.
  • Grecia: 0,36 billones de euros; 182,1% deuda s/PIB.
  • Portugal: 0,28 billones de euros; 123,4% deuda s/PIB.

Para calibrar el riesgo país no solo es importante el nivel de deuda asumido hasta la fecha, sino cuál está siendo su estabilidad presupuestaria y es aquí que debemos enfocarnos en el déficit público.

Si bien en el segundo trimestre el déficit público se situaba en el 2,1% en la Eurozona tras la recuperación de los ingresos después la pandemia, hay países que se han quedado rezagados.

Deficit

España destaca negativamente por su déficit del 7,6% en el segundo trimestre (previsión Eurostat), siendo el peor déficit de la Eurozona. En este año de inflación desbocada, el déficit se ha reducido muy poco, ya que en el mismo periodo del año anterior se situaba en el 8,8%. También llama la atención Francia, el país con mayor monto de deuda pública, esté por detrás de España con un déficit del 4,4%. En 2021 cerraron el déficit en el 6,9% y 6,5 respectivamente.

Pero en el punto de mira están dos países y son Grecia e Italia. Ambas son economías altamente endeudadas que cerraron el año pasado con un déficit superior al 7%. Y es aquí donde más sensibles pueden ser los inversores en un momento en el que suben los tipos de interés y se pueden generar las mayores volatilidades en el mercado de deuda. Para contrarrestar este punto, el BCE impulsó el instrumento de protección de transmisión para "atar en corto" las primas de riesgo y que si bien se han incrementado en ambos países, por ahora, no están dando mayores preocupaciones.

La inflación ahoga a los ahorradores e inversores, pero es la tabla de salvación para aquellos que han incurrido en el apalancamiento. En el caso de Italia que puede generar mayores preocupaciones, la diferencia entre la tasa de crecimiento del PIB y el coste de los intereses de la deuda pública, es ahora una fuerza estabilizadora, en lugar de desestabilizadora. Dicho de otro modo, en el primer trimestre de 2021 la deuda sobre PIB italiana era del 158,9% y en el segundo trimestre quedaría en el 150,2%,

Esto se debe a que, hasta el segundo trimestre, la tasa de crecimiento del PIB nominal es mucho mayor que el coste de los intereses. La combinación de crecimiento nominal y coste de interés, 10 puntos porcentuales mejor hoy que en 2012, nunca ha sido tan favorable como ahora en ningún momento reciente.

El problema vendría en el momento que la inflación esté controlada y los tipos de interés permanezcan comparativamente elevados, junto a un crecimiento estancado de la economía


La Eurozona ha fulminado su superávit por cuenta corriente y la culpa es de Alemania

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La Eurozona ha fulminado su superávit por cuenta corriente y la culpa es de Alemania

Uno de los indicadores más seguidos de una economía es la balanza por cuenta corriente, que integra los flujos de la balanza comercial (exportaciones menos importaciones de bienes y servicios), la renta primaria neta de los factores (como intereses y dividendos) y las transferencias netas o ingreso secundario (como la ayuda exterior).

La balanza puede mostrar un superávit o bien un déficit. En el primer caso, puede suceder que la economía en cuestión tiene un nivel de ahorro nacional superior a la inversión nacional, mostrando una capacidad de financiación. También se puede entender como que el país va a exportar capital (saldo deficitario en la cuenta financiera) y, en consecuencia, se producirá un incremento en los activos netos frente al exterior. Otro punto de análisis es que tiene una potente capacidad exportadora, es decir, las exportaciones de bienes y servicios son mayores que las importaciones de bienes y servicios.

Por el lado contrario, el déficit por cuenta corriente supone que el ahorro nacional no compensa la inversión nacional y necesita de financiación exterior. También puede estar importando capital y así reduce los activos netos frente al exterior. Y, en último lugar, las exportaciones de bienes y servicios son inferiores a las importaciones de bienes y servicios.

Teniendo en cuenta estos puntos vayamos a analizar el caso de la Eurozona. Para el bloque económico del euro ha sido habitual ostentar un superávit por cuenta corriente y se ha mantenido así desde diciembre de 2011, pero este año hemos visto un vuelco importante. En los datos de septiembre, registró un déficit de 50.000 millones de euros (0,4% del PIB de la Eurozona) en 12 meses hasta septiembre de 2022, tras un superávit de 336.000 millones de euros (2,8%) un año antes.

Esta variación del saldo estuvo impulsada en gran medida por el paso de un superávit (362.000 millones de euros) a un déficit (41.000 millones de euros) en bienes y, en menor medida, por una reducción del superávit de la renta primaria (de 65.000 millones a 19.000 millones de euros). Esta evolución se vio parcialmente contrarrestada por un mayor superávit de los servicios (de 75.000 millones de euros a 134.000 millones de euros) y un déficit ligeramente inferior de la renta secundaria (de 166.000 millones de euros a 162.000 millones de euros).

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Los crecientes costes de la energía elevaron la factura de importaciones y se han llevado por delante la buena salud de la balanza de cuenta corriente.

A nivel europeo, el país miembro responsable principal de este vuelco no es otro de que Alemania. La locomotora europea El superávit ha reducido a un tercio su superávit de cuenta corriente, un cambio de suma trascendencia que afecta negativamente a la capacidad de crecer y la competitividad del bloque. Para ver una contracción similar del superávit de cuenta corriente en 2022 nos debemos remontar a la reunificación.

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El superávit de cuenta corriente de Alemania ha sido estructuralmente alto durante unos 20 años, y las críticas a esta posición fuerte en relación con los países extranjeros han persistido durante ese tiempo. Logró su mayor superávit anual en 2015, con un 8,6% del PIB. Desde entonces, el superávit ha disminuido ligeramente (7,4% en 2021). Alemania se beneficiaba de los bajos precios del gas ruso y de la aparente seguridad del suministro, ofreciendo un plus de competitividad al país.

En general, el superávit comercial en bienes representó la mayoría. Sin embargo, ahora han habido cambios importantes desde la pandemia junto a los altos precios de las materias primas. Tanto en 2020 como en 2021, el superávit comercial de bienes cayó alrededor de 190.000 millones de euros. Esto será particularmente evidente en 2021, ya que las vacunas alemanas dominaron las exportaciones, con un aumento de las exportaciones de bienes de consumo de alrededor de 30.000 millones de euros en comparación con 2020.

Pero la situación se agrava en 2022 como resultado de una fuerte caída. En mayo de este año, con la invasión de Rusia a Ucrania, la ependencia de Alemania de Russia le llevó a que los precios de importación aumentaron más de un 30% en comparación con el año anterior y los precios de exportación aumentaron casi un 16%, un problema que ha lastrado su economía y repercute al crecimiento de la Eurozona.

Así son los programas económicos de PSOE, PP, Vox y Sumar

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Así son los programas económicos de PSOE, PP, Vox y Sumar

España se encuentra a las puertas de unas elecciones generales que determinarán el destino del país en los próximos años y se celebran el próximo 23 de julio.

En este escenario político trascendental, es esencial realizar un exhaustivo análisis de los programas económicos de las cuatro principales formaciones políticas que se espera obtengan representación parlamentaria. Estos partidos son el Partido Socialista Obrero Español (PSOE), el Partido Popular (PP), Vox y Sumar. Cada uno de ellos presenta propuestas y enfoques distintos en materia económica que tocarán en mayor o menor medida el bolsillo de los ciudadanos, ¿qué plantean?

El PSOE y su apuesta contra la competencia fiscal

El Gobierno de coalición encabezado por el PSOE ha experimentado un aumento en la recaudación debido al efecto de la inflación en las principales figuras tributarias, y desde su perspectiva, consideran que es mejor que ese excedente sea gestionado por la Administración en lugar de ser devuelto al ciudadano.

¿Qué podemos encontrar en su programa con relación a las principales figuras impositivas? No esperemos rebajas de los tipos de los principales tributos, ni tan siquiera a las rentas bajas. En cuanto al IRPF, aseguran que mejorarán los incentivos por hijo y por dependencia y cuidados en el impuesto. Además, se coordinarán con los bancos para crear una cuenta destinada a la adquisición de vivienda, cuyas aportaciones (limitadas a 2.000 euros) y rendimientos estarán exentos del pago del IRPF.

En lugar de intentar promover un Impuesto de Sociedades atractivo para atraer inversión extranjera, el programa económico apuesta por evitar la competencia fiscal entre territorios: "Continuaremos impulsando a nivel internacional y en la Unión Europea el establecimiento de una tributación mínima suficiente en el Impuesto sobre Sociedades y una justa distribución de la recaudación entre los países en los que operan los grupos transnacionales".

La propuesta contra la competencia fiscal no es solo a escala supranacional, sino que también PSOE abarca las administraciones intermedias. Por ejemplo, en el caso del Impuesto sobre el Patrimonio, un impuesto cuyo rendimiento se cede a las Comunidades Autónomas, la Comunidad de Madrid mantiene una bonificación del 100% de la cuota establecida. El PSOE prefiere "avanzar en el debate sobre la tributación de la riqueza en el marco del modelo de financiación autonómica para acabar con la competencia fiscal desleal entre territorios".

El Partido Popular y su tibieza para bajar impuestos

El Partido Popular (PP) ha hecho de la rebaja de impuestos una de sus promesas más recurrentes. Su programa incluye reducciones en el IRPF, el Impuesto sobre Sociedades, el Impuesto sobre Sucesiones y Donaciones, y el Impuesto sobre el Patrimonio. Además, plantea la eliminación del Impuesto sobre Transmisiones Patrimoniales y Actos Jurídicos Documentados para la compra de vivienda habitual por parte de jóvenes menores de 35 años y familias numerosas.

Sin embargo, a pesar de estas propuestas, el programa del PP carece de especificidad en cuanto a la rebaja impositiva. El documento simplemente señala que se corregirán los efectos de la inflación en la tarifa del IRPF, se reducirá temporalmente el IVA en productos como carne, pescados y conservas, se eliminará el impuesto a las grandes fortunas, y se simplificarán el IRPF y el Impuesto sobre Sociedades para las pymes, con un enfoque en aquellas empresas con pérdidas y las que aumenten su plantilla de trabajadores con contratos indefinidos.

En una entrevista, Juan Bravo, responsable del diseño del programa económico del PP, mencionó algunos puntos adicionales. Señaló que las rebajas fiscales no serán indiscriminadas, sino que tendrán un propósito específico, como rebajar el IRPF para fomentar el consumo. También mencionó que habrá una deflactación en el IRPF dirigida principalmente a aquellos que ganan menos de 40.000 euros al año. Aunque el Gobierno ha recaudado 5.000 millones de euros adicionales por el IRPF en los primeros cinco meses, Bravo negó que se vaya a devolver esa recaudación extra, afirmando que la rebaja no estará por debajo de los 1.500 millones de euros y seguramente será incluso superior.

En cuanto a los autónomos y las pymes, el PP se compromete a ampliar la tarifa plana de 50 euros durante el primer año para los nuevos autónomos y a establecer un sistema de aplazamiento automático de cuotas para aquellos que enfrenten dificultades económicas. Además, busca facilitar el acceso a fuentes de financiación alternativas a las bancarias, simplificar los requisitos de cotización y mejorar las condiciones fiscales para las pymes que aumenten su plantilla o realicen inversiones en innovación.

Vox y su atractiva rebaja impositiva (sobre el papel)

En contraste con el Partido Popular, el programa económico de Vox ofrece una mayor precisión en cuanto a cómo se modificarían los principales impuestos. Proponen un tipo único reducido del 15% en el IRPF para bases imponibles inferiores a 70.000 euros, y un tipo ordinario del 25% para bases imponibles superiores a esa cantidad. También plantean exenciones de 22.000 euros anuales en rentas del trabajo, sin importar si se tienen uno o dos pagadores.

Además, proponen tipos reducidos de IVA al 8% y un tipo general al 18%, junto con la eliminación del IVA para la adquisición de la primera vivienda habitual y la eliminación de la doble imposición en artículos ya gravados con impuestos especiales. En cuanto al Impuesto de Sociedades, Vox propone una reducción progresiva y continua del tipo hasta llegar al 15%, además de la simplificación de dicho impuesto.

Aunque bajar los impuestos puede resultar atractivo para muchos votantes, Vox carece de una memoria económica detallada que explique el impacto de estas medidas en las cuentas públicas y en la estabilidad presupuestaria.

Además, en cuanto a la reducción del gasto público, Vox propone medidas generales sin detallar los ahorros que se obtendrían con cada una de ellas, como la revisión y racionalización de las Administraciones Públicas, la supresión de las oficinas de implantación de la Agenda 2030 y la reestructuración de la Administración, incluyendo la eliminación de ministerios, secretarías de estado y direcciones generales que se consideren inútiles.

Sumar y su herencia universal financiada por las grandes rentas y patrimonios

La plataforma que integra Sumar tiene como objetivo principal recaudar más a través de incrementar la presión fiscal para implementar su acción política. El programa propone una serie de medidas fiscales destinadas a aumentar la progresividad del impuesto sobre la renta de las personas físicas (IRPF). Para lograrlo, se plantea ampliar el número de tramos a partir de los 120.000 euros, aplicando tipos marginales crecientes. Del 45% marginal actual se subirá por tramos hasta llegar al 52% para rentas a partir de 300.000 euros.

Los ahorradores están en el punto de mira. Se propone equiparar los tipos impositivos de las rentas del ahorro a los de las rentas del trabajo, afectando a las rentas del capital a partir de los 120.000 euros, con el objetivo de alcanzar al menos un tipo del 30%.

En el ámbito del IRPF, se plantea evaluar y eliminar aquellas deducciones que carezcan de justificación económica, muchas de las cuales además reducen la progresividad del impuesto. Esta medida busca garantizar una mayor equidad en la tributación y eliminar beneficios fiscales injustificados.

En el impuesto de sociedades, se propone condicionar los beneficios fiscales para las SOCIMIS, EDAVS y las sociedades y fondos de inversión inmobiliarios en función del valor social y la contribución al interés general de los proyectos que realicen. De esta manera, se busca fomentar la inversión con impacto social y promover el desarrollo de proyectos que beneficien a la sociedad en su conjunto.

El programa también contempla la implementación de un gravamen sobre los suelos disponibles para urbanización ociosos, con el fin de incentivar su desarrollo y evitar la especulación. Esta medida busca aprovechar los recursos y garantizar un uso eficiente del suelo.

La única reducción de impuestos en el programa de Sumar la vemos vinculada a la vivienda. Se propone reducir el IVA para proyectos de vivienda destinados al alquiler social y asequible. Esta medida busca favorecer el acceso a la vivienda para aquellos sectores de la población con mayores dificultades económicas, promoviendo la inclusión y la igualdad de oportunidades.

Por último, el programa contempla el establecimiento de un impuesto a las grandes fortunas y patrimonios, con el objetivo de reducir la desigualdad y financiar políticas sociales. Aunque no se especifica de manera concreta, el objetivo no es otro que financiar su medida estrella de una «herencia universal» de 20.000 euros, que se hará efectiva al cumplir los 23 años, para ayudar a las personas jóvenes a seguir formándose, iniciar su andadura profesional e independizarse.

En este caso, tampoco se acompaña de una memoria económica que evalúe el impacto aunque las estimaciones apuntan a unos 10.000 millones de euros que supone multiplicar por 15 la recaudación del Impuesto de Solidaridad de las Grandes Fortunas. Hoy el tipo del impuesto es del 1,7% para los patrimonios entre 3 y 5 millones de euros; del 2,1% para los patrimonios entre 5 millones y 10 millones; y del 3,5% para aquellos patrimonios superiores a 10 millones de euros, ¿cómo lo harán sin provocar un efecto huida?





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